Curación de contenidos (I): perseguir al conejo blanco

Ilustración de Rebecca Dautremer, fuente: www.opinionmalaga.com

Internet es sinónimo de abundancia: millones de datos que se superponen y entrelazan, una obra colectiva en construcción permanente. ¿Cómo encontrar contenido relevante en medio del caos?

En su libro Hackear el Periodismo, Pablo Mancini señala que la curaduría de contenidos digitales es la forma de respirar online. Compartimos enlaces a través de Facebook y Twitter, utilizamos lectores de feeds para recibir actualizaciones de blogs o sitios que nos interesan, diseñamos tableros en Pinterest con material visual rigurosamente clasificado por temática. “La red reinventa a una escala impensable el proceso de selección. La abundancia de datos es tal que, a veces, una buena selección es más valiosa que la producción de contenidos originales”, apunta Mancini.

Si durante buena parte de la historia, los grandes curadores de contenidos fueron los medios de comunicación -encargados, en su rol de gatekeepers, de decidir qué es noticia-, en la era digital el panorama se ha modificado por completo, admitiendo nuevos actores en la escena. Las herramientas digitales colocan al alcance de cualquier usuario la posibilidad de elegir sus fuentes de lectura o configurar su dieta informativa: pienso en Facebook y Twitter, en Feedly -o el reemplazo de GoogleReader que sea-, en Pinterest, pero también en Paper.li, Storify, Rebelmouse... la lista es infinita.

Aún así, carecemos del tiempo y -en ocasiones- del conocimiento suficiente para surfear la red y rescatar lo valioso (que a veces se encuentra fuera de la burbuja de fuentes que solemos visitar). Precisamos entonces que alguien -un intermediario, un experto en un campo específico-, nos muestre el contenido ya digerido: con un criterio, un contexto, un determinado enfoque y algún valor agregado.

En este video realizado por Percolate, una empresa dedicada al marketing de contenidos, algunas aproximaciones al tema de los compiladores / remixadores de contenidos (o como los llaman en este artículo, "intermediarios críticos del conocimiento"):


Me encanta la metáfora a la que se recurre en el video: la del usuario que navega como quien persigue al conejo blanco de Alicia, que parte desde un lugar familiar, seguro, conocido (la tan amada como temida “zona de confort”), para hundirse luego en un agujero negro y alcanzar -quizás- una tierra de maravillas, un lugar cuya existencia desconocía. 

En ocasiones, los curadores de contenido logran eso: encender la chispa de la curiosidad (a partir de su propia curiosidad), ayudarnos a descubrir joyas en los intersticios de la madriguera virtual. 

0 comentarios:

Publicar un comentario